martes, 31 de marzo de 2009

EL DOLOR Y EL AMOR

La ruptura de un vínculo amoroso provoca un estado de shock semejante al inducido por una violenta agresión física; la homeostasis del sistema psiquico queda rota, y el principio de placer abolido. Conmocionado el yo consigue autopercibir su propio trastorno, es decir, detectar en su seno el enloquecimiento de sus tensiones pulsionales desencadenadas por la ruptura. La percepción de ese caos se traduce en la conciencia como el sentimiento de un atroz dolor interior. De esta manera el dolor es el afecto que expresa en la conciencia la percepción por parte del yo del estado de shock, del estado de conmoción pulsional provocada por la ruptura, no de la barrera periférica del yo, como en el caso del dolor corporal, sino por la ruptura súbita del lazo que nos vincula con el otro elegido.
"El amado me protege contra el dolor tanto como su ser palpita en sincronía con los latidos de mis sentidos. Pero basta con que desaparezca bruscamente o con que me retire su amor para que yo sufra como nunca."
 
Enviado por Norma.

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