viernes, 26 de febrero de 2010

He vivido estos días


He vivido estos días
apurándolos
como las copas de mi juventud.
Sin detenerme para decir
aquí está el sol
aquí la soledad.
Sin detenerme para llorar
los días verdaderamente terribles.
Sin decir tu sonrisa luminosa
tu dolor amada, tu boca y tu dolor.
Tu canto
desesperada voz.

Miguel Oscar Menassa

jueves, 25 de febrero de 2010

miércoles, 24 de febrero de 2010

Poesía, Psicoanálisis y Locura

Cuando hablamos de poesía, no hablamos de una poesía que nos descubra el centro del amor, sino de una poesía que produzca amor en los hombres. Más que una ciencia para descubrir sentidos, una ciencia que no deje tranquilo ningún sentido, ninguna verdad. Un método que más que revolucionar, se revolucione.
Y hoy no he venido a preguntarme por mi ser porque yo, es cero.
Tampoco vine a preguntarme por vuestro ser, porque en vuestro ser anida la sustancia de mi carencia, y ese deseo de plenitud es vuestro ser.
Y tampoco vine a preguntarme por los astros celestes que surcan el espacio a diario, porque no es de las posiciones que ocupamos en el espacio de lo que hemos venido a hablar, sino precisamente de lo que a todos sobrecoge y a todos por igual, el tiempo de nuestra relación.
Y si del tiempo ha de tratarse, sabemos entonces que ha de tratarse, también de desprenderse de algunas trabas, para que del tiempo pueda tratarse.
Y si del tiempo se trata, deberá saberse que habrá violencia en nuestras mentes y en algunos de nosotros habrá violencia en el corazón (que como se sabe no es una violencia aconsejada, porque produce daño en el propio corazón), porque el tiempo será una irrupción brusca y desmedida en nuestra manera de ser que, hoy, precisamente, se nos está dando por confundirla con nuestra manera de pensar, que es por ahora, y hasta que no se demuestre lo contrario, lo único que tanto ustedes y yo estamos en condiciones de arriesgar. Y si esto tendrá que ser un entrechocar de saberes, o bien, un entrechocar de retóricas, se irá sabiendo en la práctica de esta contradicción. Ahí donde la práctica, por tal, nos hará propietarios de un trozo de realidad y, ahora, por las palabras que ella ha pronunciado impunemente por nosotros, dueños y señores, tendremos que ser ese pedazo de realidad y defenderla.

Del libro: "Freud y Lacan -hablados- I"
Miguel Oscar Menassa

martes, 23 de febrero de 2010

He vuelto de los más negros atardeceres



He vuelto de los más negros atardeceres
y he vuelto con las manos vacías, ciegas.
He dejado tirado al borde del camino
mi pequeño poeta enamorado del amor.

Me dieron unas monedas de oro y plata
y una pequeña soga de seda oriental
para ahorcarme feliz y arrepentido
al darme cuenta que el oro ya no brilla.

El camino donde perdía al cálido poeta
quedó clavado en el desierto del tiempo
en lo profundo de un instante de locura.

Cada palabra se transformó en una piedra
todo amor se conjugó en pasado remoto
toda luz fue noche, todo color, vacío.

Del libro: "Al Sur de Europa"
Miguel Oscar Menassa

lunes, 22 de febrero de 2010

jueves, 18 de febrero de 2010

El hombre vuela, se hace nostalgia, vuela

No vengo yo a escribirlo si soy el Otro.
Vengo a vivir agazapado esperando el sonido.
La aparición brusca de una huella dejada de lado.
Vengo transparente, con el deseo de ser atravesado.

Me dejo estar, dejo que la sed avance hasta el delirio.
Cuando la boca seca, cuando el desierto, cuando mi padre,
cuando la triste muerte compañera deje de aullar,
tiendo, tranquilamente, mi mirada por todo lo imposible.

Y no es que comience el verso o intente escribirlo.
Hay algo que me pasa que no registro, un fuego sin luz,
un alboroto interior, un algo más que mis palabras.

Y así, sin escrbirlos, escribo versos.
Hay de golpe, cosas en mis manos, que no son yo.
Hay de golpe, cosas en el mundo, que no son mi vida.

La vida vive en mis palabras, el goce en mi voz
y vosotros, tendréis que resolver el acertijo.
Soy una herida abierta que sólo se repite sin dolor.
Soy una pulsación sin ritmo, ni latidos.

Algo del ser que ya no fue sino representado.
Un hilo de luz en la montaña abierta y desolada,
pero sin que hubiera de haber desolación,
ni montaña, ni hilo, ni tan siquiera luz.

No soy el humo que parte de la llama y se disipa,
ni el grito que se arranca de la garganta para ser,
ni el perfume que escapa de la piel del deseo.

Soy algo del humo, algo de la llama que perdura,
lo que el grito no pudo asesinar de la garganta,
olor vacío de perfumes, agujero de piel, poesía.

Del libro: "Poesía y Psicoanálisis (1971-1991)"
Miguel Oscar Menassa

miércoles, 17 de febrero de 2010

martes, 16 de febrero de 2010

¿Perversión? o ¿Cultura?

Última parte

Reconozco vivir en un mundo donde habrá mierda para todos.
Reconozco no saber claramente quienes son mis hermanos.

La nada atraviesa mi corazón.
Reconozco que mi paz es efímera, soy violentado permanentemente por un vicio imperdonable: quiero ser escritor. Una combinación de habladurías y desencantos, pero por favor, no me maten, tratemos de averiguar si sirvo para algo.
Lo escribiré todo porque lo vi todo.
Reconozco que tengo una esperanza de perdón.
Piedad para quien indefenso frente a la catástrofe,
sólo atinó a no cerrar los ojos.

Reconozco que tengo una esperanza de gloria.

Gloria para quien obnubilado por los olores del hongo atómico,
sobrevivió a la matanza.
Reconozco haber sumergido el alma en ciertas drogas del olvido.
Reconozco no haber sido alterado jamás. Mi represión es sublime.

Soy un profesional del alma. Intacto y frío paseo mi mirada por el horror.
Soy el desprecio de una sociedad en crecimiento.
Sabio de la nada.
Reconozco no saber nada acerca de lo que escribo.
La violencia a la cual soy sometido debe ser investigada.
Debe investigarse de qué maldita perversión del hombre
me quieren hacer
responsable.

Apago la luz
para que una triste luciérnaga sobre mi piel
me anuncie el universo de la locura.

Deseo en mis jardines
las perfumadas rosas de la pasión.

Del libro: "Psicoanálisis del amor"
Miguel Oscar Menassa

lunes, 15 de febrero de 2010

Las 2001 noches



Noche 640- Deletreo tu nombre,
empecinadamente,
doy vueltas tu nombre,
escribo tu nombre,
hago con tu nombre
una bella canción.

Enquistado
echo babas
a mi alrededor
y crezco.

Miguel Oscar Menassa

viernes, 12 de febrero de 2010

¿Perversión? o ¿Cultura?

Cuarta parte

Escribir siempre es un vértigo, siempre una transgresión, un movimiento exagerado, un encuentro fatal.
Solo, extraviado en un mundo donde los sinsentidos son sus desviaciones, atentando contra mi propia manera de vivir, escribo.
No me beses en los ojos amor mío, que quiero imaginar.
Perdonen la palabra del poeta, él tampoco nos pertenece.
Su voz es la tormenta de nuestra voz.
Su canto es el estallido de nuestro canto.
El cuerpo del poeta yace a mil kilómetros de profundidad, es inalcanzable.
Antes era el olvido
jazmines sin perfume.
Antes era solo la persistencia de su piel.
Fragancia de la nada.

Nada me espera en esta solemne tarde de fin de verano.
Nadie acoje en su lecho a quien sabe que estamos condenados a vivir.
Aspiro el humo de un cáncer mortal, y veo, es un decir poético, mucha sangre fortaleciendo pequeñas palabras producidas por el azar de las combinaciones.
Reconozco: morir no quiero aunque esa sea la combinación perfecta.
Reconozco: quiero vivir mejor, en ese mundo prometido de hermanos donde mis brazos y mis palabras pertenezcan a un mismo cuerpo.
Reconozco el dolor, reconozco los sobresaltos.
Reconozco la impiedad de la justicia. Sé que alguno de nosotros está muriendo cada día.

Del libro: "Psicoanálisis del amor"
Miguel Oscar Menassa

jueves, 11 de febrero de 2010

miércoles, 10 de febrero de 2010

¿Perversión? o ¿Cultura?

Tercera parte

Estoy solo.
Los que me rodean tienen sus propios planes.
Es decir, tengo mi propio plan.

Andar a la deriva es mi orden interior. Dejarse deslizar entre cuerpo y cuerpo, entre palabra y palabra.

Ser el aire y el fuego.

No dejarse matar bajo ningún concepto, ni aún por aquel que nos anuncia la inmortalidad.

Llevar hasta el paroxismo el amor por la verdad es genuino, tal vez lo más, pero debemos decirlo, absolutamente inútil.

Estoy detenido en mi escritura.

¿A quién estaré cuidando ahora?
¿Qué verdad se detiene en este torpe y juvenil silencio?
¿A quién tengo miedo de modificar esta vez?
¿Puede ser que mi alma se resista a mi propia alma?
¿Por qué impudicia estoy pasando ahora, que no puedo ni siquiera escribir?
¿Rencillas de palacio, intercambios de emblemas o juegos estúpidos entre señoritas preguntándole al galán si nos ama o simplemente nos desea?
El galán sabe que hay un hombre entre nosotras.
Este saber llena de desesperación al galán y comienza a circular la palabra traición. Palabra ciega. Palabra sin palabras.

Se me ocurre que debería ser como soy. Caer de todas las alturas, desmoronarme, bajar hacia los abismos que nadie baja.

Tener en mi pecho la rueda loca de la infancia girando sin parar.
Estar triste.

Del libro: "Psicoanálisis del amor"
Miguel Oscar Menassa

martes, 9 de febrero de 2010

Palabras y Palabras



Hilos. Nudos. Sonrisas.
Pequeña gloria.
Hombre en las tinieblas.

Soy el que ya no sufre.
No pido pan.
Pido extensión marítima.
Tus bellos ojos
extendidos a mis pies
redondos
abismales
mirando cómo brillan
mis labios en lo alto.

Piel de nueces partidas
piel de alcántaras.

Beso tu boca encandilada.
Muerdo tu boca abierta
por el delirio de la sangre
y arranco de la estatua que soy
mi pecho enamorado.

No tengo sed.
Sólo pieles y versos
por el camino de los hombres.

Del libro: "La poesía y yo"
Miguel Oscar Menassa

lunes, 8 de febrero de 2010

viernes, 5 de febrero de 2010

¿Perversión? o ¿Cultura?

Segunda parte

Averigüemos si hay un poeta entre nosotros, él nos enseñará a morir todos los días, él nos enseñará que el poder debe ser un poder sobre nosotros mismos, sobre nuestro nervios, nuestras células, nuestros líquidos orgánicos, en fin, sobre nuestra palabra. La sorpresa de los otros (la relación alucinante de los otros con nosotros)no será por el brillo de nuestros ojos, ni siquiera por las horribles palabras pronunciadas acerca del sexo y de la muerte, sino por el milagro de estas maravillosas flores siemprevivas creciendo en pleno desierto. Y habrá narcisismo, es decir, fuerza creadora, donde haya soporte material que soporte semejante pasión. Y cuando digo soporte material, no digo tamaño de nuestros genitales, ni siquiera digo, presencia o ausencia de tamaño. Digo, un grupo capaz de soportar los deseos de todos sus integrantes. Una máquina que pueda superarse hasta el paroxismo.
Nuestra riqueza, la riqueza de nuestras relaciones sociales.
Y sin embargo no soy sólo el producto de un grupo, es decir, no soy una voluntad desafortunada, sino el espacio abierto donde las combinaciones no tienen fin.

Del libro: "Psicoanálisis del amor"
Miguel Oscar Menassa

miércoles, 3 de febrero de 2010

¿Perversión? o ¿Cultura?

Primera Parte

¿Perversión? o ¿Cultura? ¿Endemoniada telaraña o práctica red? o ¿acaso el neurótico, el psicótico, el místico, el poeta o el empecinado científico, se salvan de tener inevitablemente que desviar la mirada?
El concepto de perverción necesita ser subvertido y esto será posible por la voluntad deliberada que sólo puede poseer un grupo, donde el sublime narciso pierde los estribos, donde el miserable narciso pierde los límites de sus determinaciones familiares.
Legislar el narcisismo no quiere decir, de ninguna manera, abolir sus efectos. Ni quiere decir tampoco, arrastrarnos todo el día sin fe por los lugares de nuestro ser donde todo está destruído. El narcisismo no es un simple y tonto agregado al virtuosismo de los grandes hombres. Legislar el narcisismo será producir el estallido grupal deonde todo sea posible para todos. Transformar aquella energía donde morir no era posible en nuestra propia muerte, es decir, crear una máquina que no nos pertenezca y que nos someta hasta el límite de la creación.
Por favor no decapitemos a nuestros poetas, ellos necesitan de la soledad.

Del libro: "Psicoanálisis del amor"
Miguel Oscar Menassa

martes, 2 de febrero de 2010

lunes, 1 de febrero de 2010

Yo pecador V

Me quedé con todo el dolor
y toda la alegría.
Siempre fui dos desde tu muerte.

Boxeé contra la luna
y tenía en la cintura
todos los movimientos.
Me llamaban el pulpo de Patricios.

Crecía, crecía vertiginosamente
el odio en mi mirada.

Fui quedando solo
encerrado en el tiempo de nuestros juegos.
Fui jugador.
Até mi vida con cadenas
para salir volando detrás tuyo.

Me aconsejé recuperar la historia de mi padre
árabe taciturno
una palabra cada seis meses
un gesto de amor todas las Navidades.

Después, después fui médicos de locos
porque el que pega primiero
pega dos veces.

Del libro: "Yo pecador"
Miguel Oscar Menassa