De lo que se trata en un análisis es de volver al punto de partida, es decir al punto de origen fantasmático de la neurosis, y de reproducir en el seno de la cura la misma situación de peligro que, en lo inconsciente, provoca la angustia. Se trata de crear la angustia para resolverla; se trata de instituir una nueva neurosis, una neurosis de transferencia e intentar hallar otra salida. Esta otra salida hacia la que debe orientarse todo el trabajo analítico, se condensa en una fórmula: atravesar la angustia.
Atravesamos la angustia cuando una palabra, un acontecimiento, un gesto o un silencio, poco importa, una revelación fulgurante viniendo del psicoanalista o surgiendo de improviso dentro de mí, analizando, me ha hecho comprender que podía aceptar la pérdida porque lo que se juega nunca es un todo sino una parte, y una parte que estará perdida siempre. Comprendí, en acto, que cualquiera que sea el desenlace final de este atravesamiento de la angustia, el riesgo será necesariamente parcial, y la pérdida, inevitable. Comprendí, mi cuerpo comprendió, que nunca perderé todo y que, si gano, no ganaré nunca sin perder.
Enviado por Norma
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