MARCHA NUPCIAL
A la cabeza de mis propios actos,
corona en mano, batallón de dioses,
el signo negativo al cuello,
atroces el fósforo y la prisa,
estupefactos el alma y el valor,
con dos impactos al pie de la mirada;
dando voces;
los límites, dinámicos, feroces;
tragándome los lloros inexactos,
me encenderé, se encenderá mi hormiga,
se encenderán mi llave, la querella
en que perdí la causa de mi huella.
Luego, haciendo del átomo una espiga,
encenderé mis hoces al pie de ella
y la espiga será por fin espiga.
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