Para nosotros la dirección de la cura se ordena en el status del sujeto dividido, división que reconocemos en el análisis del discurso por la superposición del un sujeto del enunciado y un sujeto de la enunciación, y nó en torno al eje del yo (moi) autónomo, dimensión del señuelo imaginario.
En el fondo el sujeto aparece como inasible, pero como es el soporte de un sistema significante, algo llega, por la vía del discurso a abrirse paso y a hacerse reconocer en la concencia, a través de un proceso repetitivo, debido a que la realidad en la experiencia del hombre, aparece como lo que siempre vuelve al mismo lugar. Existe entonces una relación estrecha entre el fenómeno de repetición y la estructura del deseo. Siguiendo los meandros de esta relación, se accederá a la forma del deseo del histérico (a sus identificaciones imaginarias), al deseo del obsesivo (a sus mecanismos de anulación), a la forma del deseo del psicótico (a las órdenes que le llegan como leyes de la palabra).
No hay comentarios:
Publicar un comentario