Todo parece indicar que la psicosis no tiene prehistoria. Lo único es que cuando, en condiciones especiales que deben precisarse, algo aparece en el mundo exterior que no fue primitivamente simbolizado, el sujeto se encuentra absolutamente ineme, incapaz de hacer funcionar la denegación con respecto al acontecimiento. Se produce entonces algo cuya característica es estar absolutamente excluído del compromiso simbolizante de la neurosis, que se traduce en otro registro, por una verdadera reacción en cadena a nivel de lo imaginario.
El sujeto, por no poder en modo alguno restablecer el pacto del sujeto con el Otro, por no poder realizar mediación simbólica alguna entre lo nuevo
y él mismo, entra en otro modo de mediación, completamente diferente del primero, que sustituye la mediación simbólica por un pulular, una proliferación imaginaria, en las que se introduce, de manera deformada y profundamente a-simbólica, la señal central de la mediación posible.El significante sufre profundos reordenamientos. La lengua fundamental del presidente Schreber es el signo de que subsiste en el seno de ese mundo imaginario la exigencia del significante.
Enviado por Norma
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