miércoles, 11 de febrero de 2009

Leyendo a J.F.Lyotard

 
Evidentemente, el problema central es el fantasma. Hay fantasma en la medida en la que el deseo lleva en sí mismo su prohibición. En la medida, siempre en términos freudianos, en la que el deseo no puede cumplirse más que de una manera regresiva, en la formación de fantasmas. Es el sentido inmediato del término. Está claro que el fantasma es un retoño directo de lo prohibido, es decir, de la forma mas profunda del poder, consustancial al inconsciente, naturalmente. Para responder a la preguna ¿en qué medida podemos liberar el fantasma?, decimos que el fantasma no puede liberarse, puesto que el fantasma contiene en él mismo su prohibido, es decir, que es una puesta en escena que proviene de la prohibición del deseo. El problema que sería necesario plantear es el de la relación entre el arte y estas formaciones fantasmáticas. Si el artista es alguien que "expresa" sus fantasmas, si la relación es la de la expresión, la obra no interesa más que a él mismo o a gentes con una fantasmática complemtaria y que se encuentran por este hecho. Un arte de este tipo sería necesariamente repetitivo. El artista es alguien que trata de pelearse para liberar "en" el fantasma, en la matriz de figuras de las que es el lugar y el heredero, lo que es propiamente proceso primario y que no es repetición.
 
                                             enviado por Norma

No hay comentarios:

Publicar un comentario