La medicina considera al cuerpo como unas máquina, al punto de llegar a concebirlo en piezas separadas, como una máquina termodinámica o un sistema cibernético, en cualquier caso observable, tangible, mensurable, a partir de los aparatos perceptivos y los recursos tecnológicos, que no hacen otra cosa que intensificar y sofisticar la percepción.
La concepción psicoanalítica es diferente: el cuerpo es pensado como una adquisición tardía, con una materialidad gozante y promovida por una causalidad psíquica que lo sobredetermina. Aunque resulte paradojal, "cuerpo" es algo con lo que no se nace, es del orden de la construcción.
La medicina psicosomática nació como un intento de dar cuenta del sujeto psíquico en la enfermedad, pero en una ciencia de causalidad que no considera al sujeto, fue un intento fallido que provocó un divorcio aún más pronunciado. Tuvo que venir el psicoanálisis a darnos otra versión de la causalidad.
Freud sostiene que nada sucede en el ser humano, incluida la muerte, sin participación de su psiquismo, de su deseo inconsciente. "Muere el sujeto biológico cuando el sujeto psíquico deja de desear", escribe en "Psicoterapia por el espíritu", y veremos la importancia de este concepto al tratar sobre la depresión y el proceso de enfermar, especialmente en el desarrollo de enfermedades potencialmente mortales. ´
El psicoanálisis aporta un saber fundamental a la medicina, y es acerca de la relación transferencial. No es que ésta sea un instrumento a aplicar al paciente psicosomático para curarlo, es que una vez en análisis, ese sujeto no necesita la enfermedad, en análisis construye un nuevo sujeto que no necesita enfermar sus órganos para expresarse.
El cuerpo está afectado, pero al mismo tiempo es el paciente el que decide en qué posición coloca al médico para poder tramitar su enfermedad.
La evolución de la enfermedad no sólo, ni siquiera principalmente, depende de lo que padece el sujeto, sino también de lo que el médico le quiere curar, y de la coincidencia o no de estas circunstancia dependerá la cura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario