La sublimación es un proceso psíquico inconsciente que da cuenta de la capacidad de la pulsión sexual para reemplazar un objeto sexual por un objeto no sexual, connotado con ciertos valores e ideales sociales y cambiar su fin sexual inicial por otro fin, no sexual, sin perder su intensidad.
El proceso de sublimación así definido, pone de relieve el origen sexual de un conjunto de actividades (científicas, artísticas, etc.) y de realizaciones (obras de arte, poesía, etc. ) que parecen no tener ninguna relación con la vida sexual. Se explica así que la sublimación cada vez más acabada de los elementos pulsionales, permita el cumplimiento de las mayores obras culturales. La pulsión sexual pone a disposición del trabajo cultural, cantidades de fuerzas extraordinariamente grandes, y esto a consecuencia de la particularidad, que es muy notable en ella, de poder desplazar su fin sin perder en lo esencial su intensidad.
A esta capacidad de cambiar el fin sexual original por otro fin, que ya no es sexual, pero que le está psíquicamente emparentado, se la denomina capacidad de sublimación.
El proceso de sublimación está comandado por algo que implica la dimensión psíquica de la pérdida y de la falta y responde a coordenadas simbólicas.
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