Me quedé con todo el dolor
y toda la alegría.
Siempre fui dos desde tu muerte.
Boxeé contra la luna
y tenía en la cintura
todos los movimientos.
Me llamaban el pulpo de Patricios.
Crecía, crecía vertiginosamente
el odio en mi mirada.
Fui quedando solo
encerrado en el tiempo de nuestros juegos.
Fui jugador.
Até mi vida con cadenas
para salir volando detrás tuyo.
Me aconsejé recuperar la historia de mi padre
árabe taciturno
una palabra cada seis meses
un gesto de amor todas las Navidades.
Después, después fui médicos de locos
porque el que pega primiero
pega dos veces.
Del libro: "Yo pecador"
Miguel Oscar Menassa
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario