Primera Parte
¿Perversión? o ¿Cultura? ¿Endemoniada telaraña o práctica red? o ¿acaso el neurótico, el psicótico, el místico, el poeta o el empecinado científico, se salvan de tener inevitablemente que desviar la mirada?
El concepto de perverción necesita ser subvertido y esto será posible por la voluntad deliberada que sólo puede poseer un grupo, donde el sublime narciso pierde los estribos, donde el miserable narciso pierde los límites de sus determinaciones familiares.
Legislar el narcisismo no quiere decir, de ninguna manera, abolir sus efectos. Ni quiere decir tampoco, arrastrarnos todo el día sin fe por los lugares de nuestro ser donde todo está destruído. El narcisismo no es un simple y tonto agregado al virtuosismo de los grandes hombres. Legislar el narcisismo será producir el estallido grupal deonde todo sea posible para todos. Transformar aquella energía donde morir no era posible en nuestra propia muerte, es decir, crear una máquina que no nos pertenezca y que nos someta hasta el límite de la creación.
Por favor no decapitemos a nuestros poetas, ellos necesitan de la soledad.
Del libro: "Psicoanálisis del amor"
Miguel Oscar Menassa
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