Segunda parte
Averigüemos si hay un poeta entre nosotros, él nos enseñará a morir todos los días, él nos enseñará que el poder debe ser un poder sobre nosotros mismos, sobre nuestro nervios, nuestras células, nuestros líquidos orgánicos, en fin, sobre nuestra palabra. La sorpresa de los otros (la relación alucinante de los otros con nosotros)no será por el brillo de nuestros ojos, ni siquiera por las horribles palabras pronunciadas acerca del sexo y de la muerte, sino por el milagro de estas maravillosas flores siemprevivas creciendo en pleno desierto. Y habrá narcisismo, es decir, fuerza creadora, donde haya soporte material que soporte semejante pasión. Y cuando digo soporte material, no digo tamaño de nuestros genitales, ni siquiera digo, presencia o ausencia de tamaño. Digo, un grupo capaz de soportar los deseos de todos sus integrantes. Una máquina que pueda superarse hasta el paroxismo.
Nuestra riqueza, la riqueza de nuestras relaciones sociales.
Y sin embargo no soy sólo el producto de un grupo, es decir, no soy una voluntad desafortunada, sino el espacio abierto donde las combinaciones no tienen fin.
Del libro: "Psicoanálisis del amor"
Miguel Oscar Menassa
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