martes, 16 de febrero de 2010

¿Perversión? o ¿Cultura?

Última parte

Reconozco vivir en un mundo donde habrá mierda para todos.
Reconozco no saber claramente quienes son mis hermanos.

La nada atraviesa mi corazón.
Reconozco que mi paz es efímera, soy violentado permanentemente por un vicio imperdonable: quiero ser escritor. Una combinación de habladurías y desencantos, pero por favor, no me maten, tratemos de averiguar si sirvo para algo.
Lo escribiré todo porque lo vi todo.
Reconozco que tengo una esperanza de perdón.
Piedad para quien indefenso frente a la catástrofe,
sólo atinó a no cerrar los ojos.

Reconozco que tengo una esperanza de gloria.

Gloria para quien obnubilado por los olores del hongo atómico,
sobrevivió a la matanza.
Reconozco haber sumergido el alma en ciertas drogas del olvido.
Reconozco no haber sido alterado jamás. Mi represión es sublime.

Soy un profesional del alma. Intacto y frío paseo mi mirada por el horror.
Soy el desprecio de una sociedad en crecimiento.
Sabio de la nada.
Reconozco no saber nada acerca de lo que escribo.
La violencia a la cual soy sometido debe ser investigada.
Debe investigarse de qué maldita perversión del hombre
me quieren hacer
responsable.

Apago la luz
para que una triste luciérnaga sobre mi piel
me anuncie el universo de la locura.

Deseo en mis jardines
las perfumadas rosas de la pasión.

Del libro: "Psicoanálisis del amor"
Miguel Oscar Menassa

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