miércoles, 28 de enero de 2009

Una carta para vos

No estás.
Mi mano había quedado desde ayer prendida a tus cabellos. Era una de esas noches en que la ciudad desprendía de su asfalto nubes de humedad, cálidos vapores envenenados de nostalgias y pensamientos pesados como la atmósfera en la que me sumergía. No encontraba ninguna cosa para hacer, solo esperar que me dés una respuesta, como si no hubiese en el mundo ninguna otra cosa que me estuviese destinada. Decidí perderme en la ciudad, hasta encontrarme parado frente a tí que no conozco tratando de convencerte de que te quedes conmigo en esta mesa, porque te voy a acompañar a vos que venís de otro país y no entendés el idioma, que entraste aca para encontrar a una mujer y resulta que sólo alchol y cigarrillos con otros como vos.
A medianoche una mujer vestida de azul estricto seguía tocando un instrumento de viento en la pequeña plataforma del Texas Bar y despertaba en mí sentimientos atroces donde lo ridículo se imponía y la burla explotaba en una carcajada irresistible cada vez que la miraba porque la confundía con una virtuosa del ejército de salvación, tan rígidamente parada, tan pulcra como si ella se hubiese convertido también en un instrumento sin alma. Me quedé hasta que un sentimiento de desesperación surgió de esos personajes ya desdibujados en medio de la bruma. Tal vez la misma desesperación que me llevó a mí hasta ellos y me arrojé nuevamente a la calle a seguir caminando la noche y llegué hasta las dársenas del riacho ancho y sucio y desmantelado con chatas y cargueros pudriéndose hasta la mitad en el agua y otros restos asomando ambiguamente negros sobre la superficie. Subí y baje por las veredas desparejas y  casas de madera sin saber qué, hasta llegar a entrar nuevamente a otro lugar cerrado y poner una moneda en una máquina y quedarme a escuchar de pié algún blues mientras miraba sin ver otros rostros tratando de encontrar alguno que no encontré allí ni en esa noche. Después otra vez las calles y otras noches y otras tardes vagabundeando a causa de mi desconcertante espera.
Te amo.
                                          Enviado por Azul Estricto.

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