miércoles, 21 de enero de 2009

Epistolario

Te extraño:
A veces quisiera saber que piensas cuando me mirás con cara de agua, pero no te lo pregunto. Quedo enfrentada a ese mar de suposiciones donde ninguna se sostiene, por eso, porque son nada más que suposiciones. Pero no es del todo malo, hay que pasar por la experiencia de este suspenso que sólo depende de vos, donde quedo flotando embanderada, eso, un poco sola como una bandera enarbolada. Me gustaría desprenderme a mí también sin que sea por tu culpa, abrir la boca como la cantante negra de anoche, desenrrollar la cuerda, expandirme con los brazos al aire y el pecho, tomar mi vida sin desesperación pero a la vez totalmente desesperada, dejar de lado el juicio que se entromete y que no me deja continuar. Juicio-Dios ahora transformado sólo en una canción que sale de mi jaula llena de viento. Sentir adelante y después, pero el después no es el mañana sino el punto del destino. Todo se resuelve en esta hora o nunca, y el "tendría que haberlo resuelto ayer" se rompe en mil pedazos como las ataduras y la buena vida se transforma en la vida buena aunque un poco desmantelada y casi a la interperie.
Bueno, en realidad yo quería hablarte de la música, preguntarte si te gusta ese mundo de sonidos que te inundan, que te sacan el peso de encima y te hacen recuperar tu liviandad hasta no ser mas que eso cualquiera que se mueve en el espacio del tiempo sin saber de fronteras, sólo notas y silencios.
Esta noche bailaré en mi clase de danza como si fuera lo único que me importara hacer.
Te amo.
                                             envió Azul Profundo

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