miércoles, 31 de marzo de 2010

Psicoanálisis y Poesía

Iniciar algo también es morir. Y si no se han hecho las cosas a fondo podrá más la sangre, que las palabras. Sólo en el paroxismo de su ser humano un hombre es palabras. El resto del tiempo: carne, excremento, grandes pasiones de antiguo nivel. Hundido en esa pocilga el hombre puede morir de cualquier cosa, hasta de rabia.
Para que la palabra transforme algo en alguien, debe acontecer engarzada en las más altas pasiones posibles para el hombre: El Amor, la Creación.

Anuncio fuertes lluvias y manzanos en flor y nadie me cree.

Desfiladero material hacia la muerte, las palabras, después todavía, hablar, escribir, amar. Este tiempo es el tiempo de la creación, y no porque iremos a ponerle flores a ningún muerto, sino porque el hombre está en condiciones de afirmar que hablar, escribir, amar, son en realidad el mismo acto, el mismo verbo, ya que existe una simultaneidad, un tiempo diferente donde un acto concebido como generado en esa triple articulación es lo que ha dado en llamar desde antaño,sin entrar nunca en sus verdaderos mecanismos de producción, acto poético, es decir, producir lo que sólo existirá después. Y es aquí, donde poesía y ciencia se confunden, podríamos decir en un abrazo mortal para ambas.
Porque cuando se habla de la Poesía y el Psicoanálisis y no se habla de la propia vida de los sujetos, no hay método y todo es razón y ella misma para ser es ella la que concibe un No rotundo y eterno en la propia morada de la materia y en ese vacío, fuego sangrante de la nada y, en ese límite preciso contra todo, la razón en cuestión, haciendo gala y despliegue de todos los sentidos, con todos los orificios abiertos y desesperados a la búsqueda de lo cierto, ella, la razón, comienza su propia investigación y ella, tiene la sabiduría de la vida, porque la vida es ella, su moda la verdad, su verdadero ser el tiempo momificado en los relojes, su retórica, volver siempre sobre lo mismo, con el intento de esclarecer cualquier atrocidad que ocurra en su reinado.

Del libro: "Freud y Lacan - hablados 1-"
Miguel Oscar Menassa

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