791_ Mi mal es peor que la deriva.
Cualquier movimiento de la naturaleza que llegue a los límites de mi percepción; cualquier olor, cualquier sonido humano, el cambio de humedad, los caprichosos moviemientos de sus órganos, la lengua áspera del gato sobre mis manos y un sol, cuando siento que el sol me toca con sus manos y mil maneras de hacer el amor.
Una voz, cuyo misterio es ser ajena a mí, produce, en el propio centro de mi ceguera en colores vivos y a la vez naturales, una vida que todavía no he vivido.
Tejo, entre sueños, mis sueños.
Miguel Oscar Menassa
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