Noche 744
De tanto dejar las mejores noches para el final no tengo qué hacer con las noches intermedias, que son las que tendría que poder escribir ahora. Cuando borro y no sé, realmente, qué señales quiero borrar, escribo como la reputa madre que me parió, cuando no me quería. Tengo que tener el coraje de asumirme como un gran espíritu. Sin embargo, no me doy cuenta bien de lo que tendría que hacer.
Ella mientras tanto huye de mí y yo para encontrarla llamo la atención de otras mujeres para que a su vez llamen la atención de ella y ella aparezca y yo soy feliz. ¡Qué boludo!
Ahora tengo que coger mis poemas inéditos y hacerlos papilla.
Doscientas páginas de poesía, llenas de buena poesía, se pueden transformar en quinientas páginas. Un gran relato y quien lo duda es un inglés.
Miguel Oscar Menassa
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