lunes, 18 de enero de 2010
El indio de Jarama
Editorial Marzo-Abril 1993 Nro. 8
Estamos sorprendidos, padecemos de sorpresa generalizada
Nadie puede creer.
Lo que verdaderamente reprimimos es la alegría.
No nos atrevemos a tener una risa revolucionaria,
no nos atrevemos a fabricar el chiste histórico:
vivir 200 años.
Pintar, pinto más de lo que quiero,
como una bestia,
como un salvaje en busca del sol.
Sin descanso,
lo que más me emociona es la tela en blanco.
Esa virginidad,
que a partir de ahora tomará, en su crecimiento,
los rasgos de mis partículas fundamentales,
las señas de mi ser,
quiero decir,
las combinaciones de un estilo.
No caben dudas,
lo humano siempre es inconmesurable,
siempre un escándalo para los sentidos,
siempre un arrebato contra la moral,
lo humano, quiero decir,
algo en estos días difícil de conseguir.
Veo a las personas volando de vez en cuando por el alma
el resto, rutina,
una insistencia en morir jóvenes.
Unas ideas fijas acerca de todo.
Una suciedd en la mirada.
Un resto animal inconmovible. Una muerte segura.
Quise decir a tiempo,
una muerte fuera de punto para lo humano,
una muerte animal.
Miguel Oscar Menassa
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