jueves, 10 de diciembre de 2009

Elefante taciturno


Elefante taciturno
o
caballos desesperados.

La poesía tiene sus cementerios y,
también, sus praderas infinitas
pero el elefante tendrá que aprender
a no dejarse doblegar por la muerte
y, al morir,
tendrá que estar acompañado.
Y los caballos podrán volar
y amar si quieren
pero han de ser siempre caballos,
que saben apreciar las diferencias
entre golpe y desenfreno,
trote y sometimiento
y, al detenerse el caballo en un poema,
todo el mundo querrá verlo volar
y si el poema
fue escrito por un hombre,
caballo volará y al detenerse
algo en el mundo se detendrá
y habrá un verso que alguien escribirá,
un doble espacio
lleno de caballos al trote,
galopando,
detenidos,
volando arrebatados.

De su libro: "La maestría y yo"
Miguel Oscar Menassa

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