Todo se repite más allá de la tierra.
Hay designios cautivos del océano,
misterios que no debemos descifrar.
El náufrago emprende viaje
sin brújula y sin memoria
llevando como destino
la sorda condena,
de caminar sin sombra.
¿Acaso te arrojaste a las aguas?
... te hizo ciego el fulgor de alguna perla?
Acaso caíste por las ranuras de la noche,
abismado en medio del amor?
Hay designios cautivos del océano,
Que no debemos descifrar:
Ni las promesas, ni el porvenir.
Acaso te quedaste sin sueños?
Sin fronteras donde mora el deseo?
Sin poesía?
Acaso me olvidaste?
Todo se repite más allá de la tierra,
hasta las mismas antorchas volverán a encenderse
cuando sea necesario un rescate más.
Enviado por Marcela Villavella (25-9-05)
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