miércoles, 14 de octubre de 2009

Penumbras

La mañana se perfora
por la simple espesura
que va de la puerta al infinito,
exhumando el sol.

¿Qué altura tiene el miedo
cuando amanece otro miércoles de abril
y todo está en penumbras?

No se trata de seguir con esto,
pero
la penumbra del cuarto
la penumbra de la calle
las nubes cayendo
la ausencia de lluvia,
y la altura del miedo se mide en la noche,
se trata de seguir...

Hay un volcán en mi memoria
cálido y humeante,
pero en la penumbra
son cavernas estériles todos los recuerdos.

El porvenir se lame
la espalda con lentiutud
y me empuja a un prólogo más,
¿de qué cópula ha nacido esta amenaza?

Esa es la tiniebla de los días,
una exigua sombra de muerte,
un panal de pesadillas inciertas
imaginando la soledad del cielo.

Un prólogo más.
digo en silencio para escucharme,
un coágulo de tiempo,
un rubí fulgurante para guiar el éxodo nocturno.
Y sin vacilar, nos abrazamos
cómplices de esta travesía.
Los anillos que no tenemos
ciñen nuestras manos
hasta la caricia siguiente
hasta el abrazo siguiente
que espera detrás de todas las puertas
que van del miedo
al infinito,
como un largo
trayecto de anhelos y
presagios
que no desisten.

Del libro: "Así es la rosa"
Marcela Villavella

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