Te extrañó y te lo digo así, sin sentimientos vanos,
sin dudas, sin ningún incendio fulgurante en mi boca.
Sin rencores, sin ilusiones pensadas para el futuro,
sólo te extraño desde tu carne grabada en mi mirada.
Cuerpo, alelí delicado y sangrante sobre mis ojos,
desesperada tierra arrojada sin piedad al abismo.
Extraño las tortuosas cadenas encarnadas en besos,
ruidos de tu boca en torbellinos sobre mi locura.
No llamo los recuerdos para llamar sonidos de tu voz,
llamo por tu garganta cegada por la hoz del silencio,
hueco imperturbable entre nosotros cuando era el amor.
Extraño trozos de palabras, arrancados trozos de piel,
leves girones de antiguos y amados descuartizamientos.
Tu boca en la montaña, mi corazón saltando en el vacío.
Miguel Oscar Menassa
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