martes, 5 de mayo de 2009

María


Catulo Castillo

Acaso te llamaras solamente María,

No sé si eras el eco de una vieja canción,

pero hace mucho, mucho, fuiste hondamente mía

sobre un paisaje triste, desmayado de amor.

El otoño te trajo, mojando de agonía,

tu sombrerito pobre y el tapado marrón.

Eras como la calle de la melancolía

que llovía...llovía sobre mi corazón...

¡María!

En las sombras de mi pieza

es tu paso el que regresa.

¡María!

Y es tu voz, pequeña y triste,

la del día que dijiste:

"Ya no hay nada entre los dos..."

¡María!

¡La más mía, la Lejana,

si volviera otra mañana

por las calles del adiós!

Tus ojos eran puertos que guardaban ausentes

tu horizonte de sueños y un silencio de flor,

pero tus manos buenas regresaban presentes,

para curar mi fiebre, desteñida de amor...

Un Otoño te fuiste, tu nombre era María,

y nunca supe nada de tu rumbo infeliz,

si eras como el paisaje de la melancolía,

que llovía, llovía, sobre la calle gris.


1 comentario:

  1. Que bonita poesia parece destinada para mi,,,,me llamo asi bueno y un monton de mujeres.
    Es un placer leerte ya que me gusta mucho la poesia y en general la lectura que me aporte algo positivo.
    Con cariño
    Mari

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