jueves, 10 de noviembre de 2011

Psicoanálisis y Poesía

Iniciar algo también es morir. Y si no se han hecho las cosas a fondo podrá más la sangre, que las palabras. Sólo en el paroxismo de su ser humano un hombre es palabras. El resto del tiempo: carne, excremento, grandes pasiones de antiguo nivel. Hundido en esa pocilga el hombre puede morir de cualquier cosa, hasta de rabia.
Para que la palabra transforme algo en alguien, debe acontecer engarzada en las más altas pasiones posibles para el hombre: El Amor, la Creación.

Miguel Oscar Menassa

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