martes, 29 de noviembre de 2011

Lo digo antes de que me lo pregunten

Estoy impresionado, lo que pasa en el mundo
me sobrepasa.
Hay días que no se escucha
otro ruido que el fragor de las batallas.
La música es el llanto de un niño
pidiendo pan.
Sólo amo la piedra que me protege
de las balas enemigas.
El hombre actual sólo desea
tener un arma
más poderosa que el enemigo.
El hombre actual quiere ser Dios
mas no consigue tanto.

Para imponer el bien utiliza el mal,
todo lo perverso, los asesinatos.

Para imponer el bien olvida la belleza
y con la libertad hace una bandera
para luchar contra la libertad.

Vivo un poco impresionado
y, sin ser pesimista, puedo asegurar
que el hombre ya no puede dormir,
lo persiguen aviones incendiarios,
mapas extravagantes de ciudades
secretamente ocultas en la piedra.

Lo persigue el aliento de un tigre,
debajo de las sábanas, en el aire.

Lo persigue su odio, el odio de las víctimas
y no puede dormir porque en las noches,
el odio de los asesinos lo persigue.

Y nunca está tranquilo
ni cuando come, ni cuando vomita.

A veces está tranquilo con su amada,
atravesando el domingo en sobremesa
y desde la televisión, previo consenso,
le envían un misil súper-inteligente
que sólo mata niños jugando en la vereda
o madres distraídas en el supermercado
o a los pobres ancianos en la silla de ruedas.

Miguel Oscar Menassa

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