martes, 26 de abril de 2011

Las 2001 noches

Noche 29.- Confieso estar en contra de todo. Pero de todo no. El sol, ciertas caricias, ciertas mujeres tendidas en el sol. Ciertos soles acurrucados en tu bajo vientre.

Aclarando mejor la frase, sería: Confieso estar en contra de todo lo que me pasa, el mundo me gusta, la vida en general me resulta vibrante y, para demostrarlo, riego todos los días mis plantas, como si me interesara que crecieran.

Pan y libertad, para todo el mundo, eso es lo que amo, pero, también, amo, un poco de agua y las cadenas del amor y poesía para todo el mundo.

Entonces, pan y libertad y un poquito de vino y yerbas y soltura y cultura para todo el mundo, también, para los ricos, y la música, porque hasta los pueblos primitivos vivían al compás de alguna música.

Y un poco de sexo junto con el pan y un poco de dinero con la libertad, para que la tristeza nunca llegue al fondo.

Y libertad y muerte y un poco de razón, algunos documentos y pan y libertad y algún pedazo de carne, frescas verduras y pan, un poco de sexo y un gran amor que nos encadene un tiempo a un lugar y libertad y un poco de teatro, porque la verdad en sí misma no tiene ningún valor aunque proclame pan y libertad y las máscaras son necesarias para el amor y un poco más de pan y frutas y leche fresca para darle, también, de comer algo a los más pequeños y juegos y montañas y mares y, también, un poco de pan y amor para compartir con más personas que con Dios o mi madre y, también, un poco de libertad.

Miguel Oscar Menassa

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