miércoles, 6 de junio de 2012

Amor, no estás...

Y me quedé mirando los círculos concéntricos del guijarro arrojado a la laguna y te busqué en el mismo centro sin hallarte, ni encontrar los límites donde pudiera profanarte. La noche se ahuecó para escribirte palabras imposibles, sin caídas, en el final de este viaje con gusto a despedida.

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