Cuando se abran los vientres, yo no tomaré nada.
Entre los despedazados cuerpos confusos y alertas,
entre la poca realidad, lo negro, la débil vida,
amante del cuerpo de la letra, diré mis palabras.
Vengo de aquí, soy de aquí mismo, roca de soledad:
Nací en vuestra mirada, nací en vuestra impudicia,
Nací como una fuente enloquecida, aguas del deseo,
para dejar palabras, voz de la poesía, en libertad.
Tengo, por haber atravesado los confines del hombre,
por haberme deslizado en la mirada de la muerte,
algo del universo, una partícula de infinito en mi voz.
Vengo de aquí, soy de tus propias entrañas, el eco,
alucinado y luminoso de tu propio silencio oscuro,
el eco donde el tiempo, arrasa la memoria.
Miguel O. Menassa
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