martes, 28 de abril de 2009

Leyendo a Julio Llinás

Lo que vendrá

 

He visto andar entre tus dientes, entre tus pieles, entre tus víctimas, esa pequeña inundación, esa medida inexorable. No habrá perdón para el aliento. No habrá refugio para el ojo bañado en inocencia, no habrá otro rastro que ese tallo que crece sobre tu alma, esa pequeña corrosión, como una queja impartida a un cuerpo ausente.

Y un día vendrá, en que el hombre y su muerte te concilien, en el que un pueblo de sombras te frecuente, en el que un solo infortunio te despierte.

 

(inédito, 1963)

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