jueves, 30 de abril de 2009

Un poema de Edgard Bayley

otros verán el mar

 

otros verán el mar

la soledad del sueño

encenderán nuevos nombres

viajes felices al extremo de la mañana

otros tendrán secretos

olvido tolerancia

otra voz otras luces

un juego diferente

¿qué vida retendrás mientras tanto?

¿qué esperanza dirás todavía

en la calle o el bosque renacido?

¿en qué rostro o amor revivirás tu viaje?

otros tendrán la isla

conquistarán la inocencia

refundirán la noche la vigilia

el amo y el esclavo

entonces no habrá sido en vano

tanto descenso y tempestad y absurdo

tanto desprecio y lagos de sombra y brujas

tanto perdón y puerta sin llamado

entonces se amarán de nuevo de verdad

un hombre una mujer

al principio al fin del mundo

otros verán sin pausas

sin fronteras

inventarán el fuego y la confianza

¿qué día albergará tu nombre

en qué vena o qué metal

tendrá destino tu silencio?

 

(de "ni razón ni palabra")

 

Lo sexual y la sublimación

La sublimación es un proceso psíquico inconsciente que da cuenta de la capacidad de la pulsión sexual para reemplazar un objeto sexual por un objeto no sexual, connotado con ciertos valores e ideales sociales y cambiar su fin sexual inicial por otro fin, no sexual, sin perder su intensidad.

El proceso de sublimación así definido, pone de relieve el origen sexual de un conjunto de actividades (científicas, artísticas, etc.) y de realizaciones (obras de arte, poesía, etc. ) que parecen no tener ninguna relación con la vida sexual. Se explica así que la sublimación cada vez más acabada de los elementos pulsionales, permita el cumplimiento de las mayores obras culturales. La pulsión sexual pone a disposición del trabajo cultural, cantidades de fuerzas extraordinariamente grandes, y esto a consecuencia de la particularidad, que es muy notable en ella, de poder desplazar su fin sin perder en lo esencial su intensidad.

A esta capacidad de cambiar el fin sexual original por otro fin, que ya no es sexual, pero que le está psíquicamente emparentado, se la denomina capacidad de sublimación.

El proceso de sublimación está comandado por algo que implica la dimensión psíquica de la pérdida y de la falta y responde a coordenadas simbólicas.

enviado por Lucía Serrano

Aforismo del Dr. Miguel Oscar Menassa
 
"Las obligaciones si son más que los beneficios que otorgan, antes de matar te estupidizan, te van volviendo normal"


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miércoles, 29 de abril de 2009

LEYENDO A VICENTE HUIDOBRO

LA POESÍA

Aparte de la significación gramatical del lenguaje, hay otra, una significación mágica, que es la única que nos interesa. Uno es el lenguaje objetivo que sirve para nombrar las cosas del mundo sin sacarlas fuera de su calida de inventario; el otro rompe esa norma convencional y en él las palabras pierden su representación estricta para adquirir otra más profunda y como rodeada de un aura luminosa que debe elevar al lector del plano habitual y envolverlo en una atmósfera encantada.

En todas las cosas, hay una palabra interna, una palabra latente y que está debajo de la palabra que las designa. Ésa es la palabra que debe descubrir el poeta."

(De Manifiestos, Paris 1925)

enviado por Alejandra Madormo




premio

hola gente pasen por mi blog http://lasangrequefaltaba.blogspot.com que hay un premio para La Peste, besos, lucía

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martes, 28 de abril de 2009

Leyendo a Julio Llinás

Lo que vendrá

 

He visto andar entre tus dientes, entre tus pieles, entre tus víctimas, esa pequeña inundación, esa medida inexorable. No habrá perdón para el aliento. No habrá refugio para el ojo bañado en inocencia, no habrá otro rastro que ese tallo que crece sobre tu alma, esa pequeña corrosión, como una queja impartida a un cuerpo ausente.

Y un día vendrá, en que el hombre y su muerte te concilien, en el que un pueblo de sombras te frecuente, en el que un solo infortunio te despierte.

 

(inédito, 1963)

Enfermedades al borde de la mente: SIDA

Las grandes epidemias no se caracterizan solamente por el número de enfermos y muertos. Una enfermedad se convierte en el mal del siglo porque cristaliza, simboliza incluso la manera en que una sociedad vive colectivamente el miedo y la muerte. En este sentido la enfermedad importa tanto por sus efectos imaginarios como por sus efectos reales. Ninguna enfermedad, en la época contemporánea, nos ha impulsado tanto a interrogarnos sobre nuestra identidad, nuestros valores, nuestro sentido de la tolerancia y de la responsabilidad.

La pandemia VIH/SIDA se ha convertido en una enfermedad moral, quebrantando el sentimiento de confianza en las relaciones interpersonales. El SIDA ha sustituido al cáncer como "moto" social, con el agravante de que afecta mayoritariamente a grupos de riesgo sobre los que existen estigmas sociales previos.

Por su relación con la sexualidad, la sangre, las drogas y la muerte evoca temores e inhibiciones profundos del ser humano. Basta ver una enfermedad como un misterio y temerla intensamente para que se vuelva moralmente contagiosa

lunes, 27 de abril de 2009

Leyendo a Aldo Pellegrini

Óleo sobre lienzo, Miguel oscar Menassa
Pequeño estallido, 1994.

He encontrado el secreto de tus ojos



Mírame
busco en el fondo del pozo la cantárida dorada
y para salvar a la noche asesino a los noctámbulos
mírame hasta el agotamiento de las fuentes
donde el temblor se deshace
en la inmovilidad de tus ojos
¿desde qué día señalado por la ausencia de horas
has dejado de creer en la noche?
el amor es una forma de la maduración de los ríos
es un pasatiempo vertiginoso al borde del abismo
y tú has comenzado a caminar por la cuerda de mis sueños
a embellecer la muerte de los pasos.

Para que sólo tu luz me ilumine
ordena que hoy sea el último día
ordena que se derrumben las alturas
arranca la blanca mancha del sol
de otros ojos extraños que pasan.

Mírame
mírame en la luz de un universo sin mundos
en la luz de esa aurora feroz
mírame con tus dientes
y a través de la espuma
de océanos interminables que nos acechan.

Psicoanálisis y psicosis

"Algunos delirios en su persistencia, pueden,

con el tiempo transformarse en proyectos sociales"

Miguel Oscar Menassa -Madrid, julio 1988

Que los poetas legislen con sus versos la vida de los hombres y que los psicoanalistas expliquen, diríamos, de una manera magistral, los mecanismos intrínsecos de dicha legislación, no son todavía pruebas suficientes para que sigamos galardonando a nuestros poetas y a nuestros médicos psicoanalistas, y sigamos recluyendo a nuestros locos en los manicomios, o sus sustitutos, no siempre diferenciados claramente de la fuente de la cual provienen.

Una manera de pensar inhumana genera una manera de pensar humana y esto, sin embargo, no le da al asunto status de verdad. Porque debemos decirlo: no es en la verdad de la locura donde anida la humanidad, y por lo tanto, no es, precisamente, humanidad lo que ambiciona el discurso psicótico sino, más bien, una palabra que por su brusquedad interrumpa el flujo de lo que teniendo que ser deseo, todavía, es necesidad en él.

Extraído del libro "Freud y Lacan –hablados II-" de Miguel Oscar Menassa

HA LLEGADO EL POETA...

¡Tengan cuidado las Academias, ha llegado el Poeta!
Y esta vez el poeta no es un niño desolado,
que solitario e indefenso busca almas gemelas,
y escribe poesías por que si no ...
Esta vez el poeta tiene claramente, pasión
en su mirada.
En la mirada tiene ejércitos, hombres, mujeres,
millones de palomas en cualquier dirección,
fuera de toda enciclopedia
La Poesía debe tener como fin, la verdad cotidiana.
 
                           Miguel Oscar Menassa


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domingo, 26 de abril de 2009

poema de Vera Daumal

Óleo sobre lienzo, Miguel Oscar Menassa
Nostalgia III, 1995




del "Monte Análogo" de René Daumal)



He muerto porque no tengo deseos,
no tengo deseos porque creo poseer,
creo poseer porque no trato de dar;
al tratar de dar, me doy cuenta de que nada poseo,
al comprobar que nada poseo, trato de darme yo
mismo,
al tratar de darme yo mismo, comprendo que nada
soy,
al ver que nada soy, deseo transformarme,
al desear transformarse, se vive

(enviado por Lucía Serrano)


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Los relicarios

Hace tiempo, algún alma ya borrada fue mía.

Se nutrió de mi sombra... Siempre que yo quería

el abanico de oro de su risa se abría,

o su llanto sangraba una corriente más;

alma que yo ondulaba, tal una cabellera

derramada en mis manos... Flor del fuego y la cera,

murió de una tristeza mía... Tan dúctil era,

tan fiel, que a veces dudo si pudo ser jamás...

 
                                      Delmira Agustíni (1886-1914)
                                      enviado  por Gaby



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sábado, 25 de abril de 2009

¿Qué se ama cuando se ama?


¿Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida

o la luz de la muerte? ¿Qué se busca, qué se halla, qué

es eso: ¿amor? ¿Quién es? ¿La mujer con su hondura, sus rosas, sus

volcanes,

o este sol colorado que es mi sangre furiosa

cuando entro en ella hasta las últimas raíces?

¿O todo es un gran juego, Dios mío, y no hay mujer

ni hay hombre sino un solo cuerpo: el tuyo,

repartido en estrellas de hermosura, en partículas fugaces

de eternidad visible?

Me muero en esto, oh Dios, en esta guerra

de ir y venir entre ellas por las calles, de no poder amar

trescientas a la vez, porque estoy condenado siempre a una,

a esa una, a esa única que me diste en el viejo paraíso.

 Gonzalo Rojas (1917-)




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viernes, 24 de abril de 2009

CUERPO Y PSICOANÁLISIS

LA ANOREXIA  Y  LA DEVORACIÓN

 

El cuerpo de la anoréxica, a diferencia del de la histérica, es un cuerpo recortado por la pulsión y no por el significante.

Se instala una relación madre-hijo, que es del orden de la locura de la madre, donde ella tapona con el hijo el lugar de la falta.

Es la madre la que no quiere tramitar su castración y de esta manera vuelve al padre inoperante, porque no garantiza con su función que el hijo no se transforme en el objeto delicioso comido por una madre voraz, quedando expuesto al capricho femenino  no atemperado por la ley del padre (reintegrar el producto: el niño queda a merced del deseo de la madre sin metaforizar, es decir, deseo incestuoso, devorar al hijo como una reversión de la pulsión, en la prohibición del incesto).

La identificación en la anorexia, en lugar de estar sustentando la constitución del Yo, tiene que ver con quedar fijado al instante de ser devorado por la madre, cuando su exigencia pulsional hace del niño su pene.

Cuando estábamos con gente

jueves, 23 de abril de 2009

Invitación a las 2001 noches









UN POEMA DE JULIO LLINÁS

                  

 

                     Festejo

 

 

Señora de alta pluma, la noble Tierra se ha secado

bajo el orín de tus preciosas amenazas.

Mi terror es verte en los paisajes, sobre un caballo

afeminado, desdichada y gloriosa como una lengua herida.

Soplando un hálito de sangre en las jornadas de gran

paz, sobre las hondas plantaciones.

 

Un día el viento destruirá tu tribu, tus dioses, tus orgullos.

Su voz de aceite virgen en las márgenes humanas.

Tu piel será un festejo majestuoso.

Y en el comercio de una antigua infancia, todas las

hordas estarán presentes.

Mi corrupción hará la gloria de esa gran mañana.

 

 (de "La ciencia natural")

AGONIZANDO EL CANTO SE HACE MAS FUERTE QUE VIVIENDO...

 

"LO PERECEREDO"

 

...lo bello y lo perfecto pueden desencadenar dos tendencias psíquicas distintas: una conduce al amargado hastío del mundo; la otra, a la rebeldía contra esa pretendida fatalidad; es imposible que todo esplendor de la Naturaleza y del arte, de nuestro mundo sentimental y del mundo exterior realmente esté condenado a desaparecer!. La cualidad de lo perecedero comporta un valor de rareza en el tiempo. Las limitadas posibilidades de gozarlo lo tornan más precioso. En cuanto a lo bello de la Naturaleza, renace luego de cada destrucción invernal y este renacimiento puede considerarse eterno, en comparación con el plazo de nuestra propia vida. En el curso de nuestra existencia vemos agostarse para siempre la belleza del humano rostro y cuerpo, mas esa fugacidad agrega a sus encantos uno nuevo. Una flor no nos parece menos espléndida porque sus pétalos sólo estén lozanos durante una noche..."

 Del artículo "Lo perecedero" de S. Freud

miércoles, 22 de abril de 2009

poema enviado por lucía serrano de su libro inédito MASCARAS

POR OSADIA

 

Cuando por osadía imagino la monárquica hermosura de enamorarme de ti.

Veneno de la serpiente dorada a quien solo mis pasiones amenazan.

Pierdo las ansias en todos los caminos largos.

Desconfío.

Engañada la sirena miente y tiene miedo de perderse.

Decide entonces, no partir.

Engaño consciente que la voz provoca.

Dócil hermosura que todo lo confundes.

Halago los cuidados que provoca tu boca,

en palabras que lejanas se refieren a mí.

No respetaré tus penas, tus tristezas, tus silencios, tus ausencias.

No acordaré con tu muerte, aunque el día que te conocí ya habías muerto.

Yo amé la palidez, lo blanco de tu rostro enamorado de la confusión.

Furioso corazón destrozado, inadvertido.

¡Oh Paris, tu extravagante ausencia es lo que yo quisiera!

¡Oh Paris, la inquietud de la sagrada mercancía transportada en las orillas del Sena!

¡Ven libertad, estatua sin vuelo!

Esta inmensa batalla es mi vida.

Yo amaba el silencio de los atardeceres, donde el amor exaltaba su huída, su particular manera de haberse marchado.

No presentí ningún milagro, no tuve inquietud por las apariencias.



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LEYENDO A CÉSAR VALLEJO

        

 ANIVERSARIO

 

Cuánto catorce ha habido en la existencia!

Qué créditos con bruma en una esquina!

Qué diamante sintético, el del casco!

Cuánta más dulcedumbre

a lo largo, más honda superficie:

cuánto catorce ha habido en tan poco uno!

 

Qué deber,

qué cortar y qué tajo,

de memoria a memoria, en la pestaña!

Cuánto más amarillo, más granate!

Cuánto catorce en un solo catorce!

 

Acordeón de la tarde, en esa esquina,

piano de la mañana, aquella tarde;

clarín de carne,

tambor de un solo palo,

guitarra sin cuarta, cuánta quinta,

y cuanta reunión de amigos tontos

y qué nido de tigres el tabaco!

Cuánto catorce ha habido en la existencia!

Qué te diré ahora,

quince feliz, ajeno, quince de otros?

Nada más que no crece ya el cabello,

que han venido por las cartas,

que me brillan los seres que he parido,

que no hay nadie en mi tumba

y que me han confundido con mi llanto!

 

Cuánto catorce ha habido en la existencia!

 

31 oct.1937

LA LLAMARADA DE LA PUBERTAD

 

En la pubertad vuelve la sexualidad infantil antes reprimida, con mucha fuerza, queriendo manifestarse. Entonces, una oleada de represión es necesaria, con mayor intensidad. Aparece nuevamente la masturbación, que debe volver a ser reprimida, y aparecen las fantasías con los primeros objetos de amor, los padres, que necesariamente también, ahora sí, definitivamente, deben ser reprimidos, y abandonados como tales, porque la ley obliga a ello, la ley del incesto.

Desde el lado psíquico, se consuma el hallazgo del objeto, preparado desde la más tierna infancia. Cuando la primera satisfacción todavía estaba ligada a la nutrición, la pulsión sexual tenía un objeto fuera del cuerpo, el pecho materno; lo perdió luego, después la pulsión sexual se satisfizo de manera autoerótica, y sólo después de la latencia, se restablece la relación originaria: se vuelve al pecho materno, por desplazamiento, en su sustituto, es decir, que el hallazgo del objeto más que un encuentro, es propiamente, un reencuentro.  

En la pubertad reaparece la elección incestuosa del objeto amoroso, pero ahora con la fuerza de la libido renovada. En este punto el adolescente deberá realizar el gran trabajo de separarse de sus padres y solamente al haberlo concluido dejará de ser niño. Desligar sus deseos libidinosos y hacerlos recaer en un objeto real no incestuoso; si ha conservado hostilidad con el padre, reconciliarse con él, o emanciparse de su tiranía, si a raíz de su rebelión se convirtió en sumiso.

martes, 21 de abril de 2009

¿ES VERDAD, POESÍA?

Me mandaste a encontrar la primera palabra en alguna respuesta
y te interrogo desde esta burbuja sostenida en el tiempo
donde se aloja el mundo: si es verdad.
Si es verdad que la cabeza y el cuerpo son dos razas distintas
si hay un enigma indescifrable envuelto en las pieles de los pergaminos
y en las grutas aquellas del toro jeroglífico,
si puedo preguntarle al alma a dónde va,
cuando tinieblas y la luz soldadas galopan las alas heridas de los siglos.
Entonces dime también que es un abalorio,
y que palabra incierta me pide a gritos que no de mas vueltas
que harto ya de andar eche por tierra el edificio
donde la luna se apropia del rodar y el verbo circula en el azul
y azul y luna sepultan una vida en las cenizas.
Qué verdad tienes tu, dímelo bella
recuerda que otros tiempos fueron los presagiados y reinabas
sin máscaras en los impropios años juveniles
Dime, cual verdad es la que te toca el alma
que prestidigitador fue necesario para este juego de fantomas
ilustrando el inédito relato literario del hombre y sus miserias.
Y no quiero injuriarte ni violar tus arcanos, esos en los que vives
pero tengo que interrogarte ¿qué verdad?
que juegos de reflejos ocultan los rostros tallados por el tiempo
que se asoman en los espacios de tus versos y se ocultan detrás de cada coma
siempre a punto de caer al precipicio raso de una pausa.
¿Hay alguna verdad?, o fue el sortilegio en el que te mecieron que me mandó a buscarla entre papeles amarillos, resacas de todas las respuestas
que fueron una a una desgranadas con toda la demora necesaria
para hacer de esta verdad la lluvia eterna, la que condensa lágrimas y océanos
en la nobleza de alguna voz perdida entre palabras.

Norma Menassa

Un poco de Psicoanálisis

UN POCO DE PSICOANÁLISIS

 

Esta vez se trata del obsesivo y su fantasma, al que podríamos describir así:

Un niño, preso de un deseo incestuoso hacia su madre, es embargado por la angustia, que siempre es angustia de castración, al oír la voz interdictoria del padre prohibiéndole cumplir este deseo so pena de castrarlo. La zona erógena a cuyo alrededor se organiza el fantasma obsesivo, es el oído, que vibra, sufre y goza de haber oído la voz imperiosa del padre.

Este fantasma, como todos los fantasmas a que nos referimos, es inconsciente, dado que está sometido a la presión de la represión. Recordemos que la neurosis obsesiva, es decir, el sufrimiento que experimenta de manera consciente y en sus síntomas el sujeto obsesivo, es la expresión dolorosa del combate del yo para reprimir, negar y desplazar la angustia de castración contenida en este fantasma.

lunes, 20 de abril de 2009

sábado, 18 de abril de 2009

poema enviado por Lucía Serrano


óleo sobre lienzo "escribir un poema"
Miguel Oscar Menassa

CANSANCIO METAFISICO

La idea de progreso, disuelve toda lucidèz,

y construye imposibles,

formas de un quietismo arcàico.

Erróneo serìa minimizar los pactos,

ceder a las fatigas,

desconocer al dios oculto de la tribu,

avanzar sin padre entre turbulencias,

abandonar obstáculos

y desear apreciar por sobre todo, las bellezas.

Es infernal este cansancio metafìsico,

de todas las violencias màs supremas,

habituadas a la desesperación del anarquismo

y retiramos a los voluntarios que llegarian al final sin ser vistos

Mas universales que ciertos, decidimos vivir

en el inoperante mundo de los griegos,

y no retroceder frente a la idea de progreso,

seguir, seguir viviendo.

Ser uno mas para la antigua alianza

de los que no pudieron excitarse apestados

por el optimismo y el cansancio metafìsico

que tienen los genios muertos

Un gusto por la destrucción,

nos llevó a un callejón sin salida

y ahì concertamos avanzar,

demoliendo uno a uno todos los imposibles,

minimizando los errores que tuvimos,

concertando en todo exilio ceremonias,

dominando halagar las formas liberadas

y sentir la belleza utòpica en si misma.

Mitologìa de la demolición,

una obra futura, dedicadas huellas

apestadas de nostalgia.

Indiferentes y superficiales tropiezos

con la última palabra,

destinada a ceder en las batallas,

resumiendo la fòrmula de los imposibles.

Hipócrita inquietud del sì mismo

humanizada moral,

absurda fe, ética de los defectos.

Satisfacción de una vanidad repulsiva,

abanderando la tradición, ideal del juego.

Subterrànea luz entre tinieblas.´

Lucía Serrano



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viernes, 17 de abril de 2009

Leyendo a Miguel Menassa

ESTOY AQUÍ  PARADO

 

Estoy aquí, parado en el centro de la tierra.

Aquí donde la tierra ama todos los arrebatos.

Parado como una flor en la estación perfecta

canto y mi poesía es una voz entre las voces.

 

Llegué hasta aquí

dejando en el camino

todo lo que tenía.

Los caminos eran tan abruptos

que hasta mi ser me pesó

y tuve que dejarlo.

 

Fui la sangrante Pampa desolada.

 

Agreste paraíso

el de las contradicciones.

Absurda paradoja la del hombre.

Abro mi corazón

y en mi corazón no encuentro nada.

Sólo un poco de sangre

músculos en perfecto funcionamiento

y un poco de pus

porque vi morir mucha gente.

 

Vi morir personas de todos los colores

Blancos y Negros por los mismos motivos

y por motivos diferentes.

 

Vi morir por carencia

y vi morir por exceso.

Por la boca y también

vi morir por el culo.

En medio de la selva.

Un hombre este siglo

murió

en medio de la selva

y en los palacios

y hasta con la cabeza

metida en plena mierda.

 

Vi morir mis propias ideas.

Mis propios deseos como hombre.

Este siglo vi morir a Dios

y en mi regazo, también,

a punto de morir la poesía.

 

Inutilizada por la moda.

Mal vestida para que su ser

sea la fiesta que la nombra.

 

Llena de flores y de muertos

pequeños llantos más que gritos.

Pequeñas vuelta de la vida

más que grandes viajes.

 

Del libro "La Poesía y Yo" de Miguel Oscar Menassa.

LA CEGUERA HISTÉRICA

El "ver" subconsciente de Janet es reemplazado en la teoría de Freud por "ver" inconscientemente el sexo. La ceguera resulta de una restriccción violenta del yo contra un incosciente perverso:"Ya que tanto quieres ver cosas sexuales, pues bien, no verás nada más".

Freud toma de Janet la teoría del inconsciente y de la disociación del yo, pero introduce el factor revolucionario de la sexualidad. Según Freud, el "ver" inconsciente es una sensación de placer sexual escoptofílico obtenido durante la percepción del encanto sexual del objeto amoroso. Subrayemos el doble aspecto de la sexualidad: hay algo sexual en el placer de mirar (escoptofilia) y en el objeto que uno mira (encanto sexual). Desde el momento en que se considera a la sensación "ver" como una sensación sexual, y al objeto mirado como un objeto sexual, se modifica y debe ser enteramente revisada toda la dinámica de la relación entre el yo, lo consciente y lo inconsciente.

 

jueves, 16 de abril de 2009

poema

ESCOLLOS DEL CAMINO CAPITAN

 

Veía a los navíos en la aurora.

Veía perfumados llanos que ya no existían.

Veía surcos, arrugas en la mente, trozos.

Regiones inhóspitas donde solo vive el poeta.

Hasta los huesos sangran.

Escollos del camino capitán.

Exploradores intentando descifrar una lengua.

Confusiones diversas en puertos extranjeros.

Las islas que yo veía eran de oro falso.

La gran palabra deberá ser la que enmudece.

La muerte es esa esfinge dominada por sus propias cenizas.

Profundidades y extensiones.

Tracé la línea de combate y entre equívocas sonrisas, confundí tierra firme. Llegué casi a no necesitar la luz.

Postales en mis ojos, universos, te buscaron capitán hasta dar contigo.

Mujer noctámbula, no teme que la oscuridad haga de los campos sembrados, baldíos cenagosos.

Hay semillas destinadas a germinar entre las piedras.

Que el monzón no llegue antes de que crezcan.

Temblarán las nubes y todo el cielo agasajará nuestros pasos.

Velas encendidas de secretos.

 

(del libro inédito "Máscaras" de Lucía Serrano)

 



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Hasta un millón de euros

Leyendo a Baldomero Fernández Moreno

          CUERPO

 

Blanco y lechoso es, blanco y lechoso,

este cuerpo que yace al lado mío,

que hace un instante estaba entre mis brazos

envuelto en la caricia de la lana,

de la lana tejida que no aprieta,

cuyo espesor se vence sin esfuerzo.

Cuerpo que no he mirado todavía.

Sé que a mi lado está porque se mueve

como la tierra en ondas poderosas.

Que está hecho de valles y de montes,

y de zarzales, digo, de relámpagos.

Y porque el ojo esquiva su destello

cuando hacia él se dobla la cabeza.

Rueda y deslumbra: eso es casi todo.

Grave y liviano es, fuerza y suspiro.

Cuerpo de diosa, pero no de Juno,

de una diosa pequeña, mas ilustre,

de reina del marfil o de la espuma.

Así lo siento. Lo adivino así.

Pongo a la eterna lluvia por testigo.

 

Medicina Psicoanalítica

La medicina considera al cuerpo como unas máquina, al punto de llegar a concebirlo en piezas separadas, como una máquina termodinámica o un sistema cibernético, en cualquier caso observable, tangible, mensurable, a partir de los aparatos perceptivos y los recursos tecnológicos, que no hacen otra cosa que intensificar y sofisticar la percepción.

La concepción psicoanalítica es diferente: el cuerpo es pensado como una adquisición tardía, con una materialidad gozante y promovida por una causalidad psíquica que lo sobredetermina. Aunque resulte paradojal, "cuerpo" es algo con lo que no se nace, es del orden de la construcción.

La medicina psicosomática nació como un intento de dar cuenta del sujeto psíquico en la enfermedad, pero en una ciencia de causalidad que no considera al sujeto, fue un intento fallido que provocó un divorcio aún más pronunciado. Tuvo que venir el psicoanálisis a darnos otra versión de la causalidad.

Freud sostiene que nada sucede en el ser humano, incluida la muerte, sin participación de su psiquismo, de su deseo  inconsciente. "Muere el sujeto biológico cuando el sujeto psíquico deja de desear", escribe en "Psicoterapia por el espíritu", y veremos la importancia de este concepto al tratar sobre la depresión y el proceso de enfermar, especialmente en el desarrollo de enfermedades potencialmente mortales. ´

El psicoanálisis aporta un saber fundamental a la medicina, y es acerca de la relación transferencial. No es que ésta sea un instrumento a aplicar al paciente psicosomático para curarlo, es que una vez en análisis, ese sujeto no necesita la enfermedad, en análisis construye un nuevo sujeto que no necesita enfermar sus órganos para expresarse.

El cuerpo está afectado, pero al mismo tiempo es el paciente el que decide en qué posición coloca al médico para poder tramitar su enfermedad.

La evolución de la enfermedad no sólo, ni siquiera principalmente, depende de lo que padece el sujeto, sino también de lo que el médico le quiere curar, y de la coincidencia o no de estas circunstancia dependerá la cura.

miércoles, 15 de abril de 2009

Raúl González Tuñón leído por Menassa

El poeta Murió al amanecer

Hoy dictamos: Éxito en el Proceso de la Venta

El proceso de la venta acontece en varias fases que se relacionan y se articulan como una fase única aunque sean tres, dentro del espacio psíquico. La duración de dicho proceso tiene más que ver  con el tiempo mental o subjetivo que con el tiempo del reloj.

 

Sólo al final sabremos cómo el sujeto llegó hasta allí, desde donde podremos leer y entender las relaciones que el vendedor tuvo con la venta, así como las consecuencias que toda venta puede producir.

 

Las fases de una venta no se pueden precipitar, en el sentido que se articulan en una concatenación temporal psíquica. Se puede producir en un día o en dos años, pero no debemos olvidar que es un proceso de articulación.

 

Las tres fases revisten la misma importancia, y sólo si hay conclusión final, podemos inferir que hubo dos fases precedentes.

 

Fase I o fase de ver al cliente: Instante de ver

 

La primera toma de contacto con un cliente potencial puede ser una entrevista personal o la escucha telefónica.

 

Las primeras palabras o la imagen del otro, desencadenan que nuestro aparato psíquico trate de hallar, de un modo inconsciente, algún rasgo a través del cual se pueda establecer el mecanismo de la identificación, lo cual a su vez desencadena un afecto que puede entorpecer o favorecer el proceso relacional.

 

Fase II o fase de comprender la venta: tiempo de comprender

 

Si ya nos hemos dado cuenta de que existe una corriente afectiva hacia el cliente, sólo se tratará de ir mostrándole la necesidad que tiene del producto que ofrecemos, para orientarlo hacia la compra.

 

Debemos sospechar de nosotros mismos cuando de pronto nos surgen pensamientos contrarios a la venta. La venta se construye y también se construye el cliente, o se destruye…

 

Fase III o el momento de concluir

 

Consiste en el cierre de un ciclo que estuvo precedido por el tiempo de comprender y el instante de ver.

Algunas veces es el vendedor quien cierra la operación, pero en general es el cliente quien tiene la última palabra.

Este tiempo entraña una complejidad que por norma general, se descuida.

Y estamos hablando de un afecto que "nos afecta" cuando hace su aparición: la ansiedad. Este aspecto se vincula mayormente al vendedor. Su afán por concluir la venta le puede llevar a manejar erróneamente este tiempo que corona todo el trabajo anterior.