martes, 12 de junio de 2012

ORDEN SIMBÓLICO

El acceso al orden simbólico no implica la abolición de la carne sino que la circulación de palabras abarca también la circulación de la sangre. Letras cuyo carácter las acerca a esos números de que están compuestos todos los números, y por ser subyacentes a todo átomo de lenguaje, capaz de sentido siguiendo el hilo de una metáfora, en sus iluminaciones, pondrá a la palabra su valor de evocación. La poderosa muerte unida a los vocablos más sutiles. El cruel espanto, el dolor más extremo, besados por la luz. El verso más antiguo bordado en tus cabellos. Entre palabras, por túneles secretos, hacia lo no sabido. Sólo después sabré, sólo después sabremos cuando lo irremediable pregunte por sí mismo cuando la muerte venga anudada en un punto cuando el baile sonoro de los días detenga su mirada, vendrán de nuestra vida los saberes y, ahí, ya no seremos éstos, sino lo escrito. (de Freud y Lacan-hablados 1 - M.O.Menassa)

jueves, 7 de junio de 2012

El deseo inconsciente es el vector que en el tiempo producido por la teoría psicoanalítica (que es una compleja articulación que se produce en su praxis), roza asintóticamente su realización y su muerte. Sin conseguir nunca ni realizar ni morir, ya que realización y muerte son sinónimos cuando se trata de poner fin al mecanismo que sostiene en vida lo psíquico verdaderamente real, el inconsciente.

TARDE

El llano para mi, tedije. El verde para mi. La majestuosa calma de la bestia en la llanura, su andar en el espacio, su cabeza infeliz, la longitud del tiempo cortando en transversal la histori. El circo de romanos a mis pies, las muertes gratis, el oro del Imperio jugado en las traiciones, La Levedad. Pedí, para pasar las tardes

miércoles, 6 de junio de 2012

Amor, no estás...

Y me quedé mirando los círculos concéntricos del guijarro arrojado a la laguna y te busqué en el mismo centro sin hallarte, ni encontrar los límites donde pudiera profanarte. La noche se ahuecó para escribirte palabras imposibles, sin caídas, en el final de este viaje con gusto a despedida.

miércoles, 1 de febrero de 2012

De hambre y libertad ya hemos muerto

Ya fuimos el águila nocturna,
tocada en pleno vuelo.
... Somos ahora una manada de bisontes.
Platas antiguas y soledades caen,
bajo el murmullo de nuestra locura,
corriendo hacia el futuro.
Ídolos de papel caen,
esmaltados ídolos,
macizos ídolos de piedra caen,
monumentos, antiguos ídolos.
Ídolos del semen infinito
y de la vaginas abiertas a los cuatro vientos,
caen ídolos de bronce, marcas históricas,
-aparentemente indelebles- caen,
se sumergen en nuestras palabras cotidianas
abandonan su soledad marmórea,
viven con nosotros.

Fuimos la mejor ilusión,
la suprema ilusión de los contrastes.
Al día oponíamos la noche.
Al sol, la luna.
Al hombre oponíamos la mujer.
Al sexo, la palabra.

Después vino la muerte,
roja, bordeando los colores del muérdago,
alterando los ritmos respiratorios,
el bien, alterando el mal,
rítmicamente alterando, todos los sentidos.
La muerte vino a vivir, tranquilamente, entre nosotros.
Poderoso ídolo entre ídolos, en nuestros brazos
majestuosa reina de la libertad, cae.

Miguel Oscar Menassa

lunes, 30 de enero de 2012

Óleo sobre lienzo



"Gacela que escapa sin escapar"
Miguel Oscar Menassa

miércoles, 25 de enero de 2012

Las 2001 noches

Noche 1457- Un escrito que me saque para siempre del mundo de las sensaciones. Un poema que no me permita bajar nunca.
Algo furioso y lento, como el peor de los tangos, esos tangos que se te meten en el alma y es imposible sacártelos por mucho tiempo.
No exactamente algo que vibre sino más bien la máquina de producir vibraciones.
Un canto de luz,
alguna palabra que por fin nos libere de algo.

Miguel Oscar Menassa

lunes, 23 de enero de 2012

viernes, 20 de enero de 2012

El oficio del poeta

Envuelto en las brumas del tedioso vivir,
sólo la poesía me acompaña.

Cuando voy por la vida, Ella,
suele asombrarse de mi soledad.
Le digo que no importa,
en su presencia el mundo se detiene para mí,
el oro brilla para mí
las mujeres más altas bailan para mí,
los pájaros más nocturnos velan mi sueño.

Envuelto en los poderosos ruidos de la máquina
sólo su voz humana me acompaña.

Cuando hacemos el amor, Ella me reprocha,
amarla como si fuera única.
Le digo que no importa,
en su presencia el mundo detenido en mis manos
se abre para mí, lo múltiple se abre para mí,
añejas pasiones y amores venideros,
delirios y mujeres, se abren para mí,
diosas enamoradas y diademas, belleza embrutecida,
el aire se abre para mí, los espacios abiertos
donde nuestro gran sol es una estrella más.

Envuelto en las sutiles marañas del poder,
toda la vida es Ella.

Cuando Ella me encuentra en esa encrucijada,
donde yo mismo soy el amante de la muerte,
Ella baila desnuda para mí
y desnuda, despojada, también, del amor,
dispara sobre mí para que no muera,
un millón de palabras en libertad.
Le digo que no importa,
en su presencia danzarina, la muerte deja de brillar,
tiemblan los cementerios,
se abren los corazones profundos de la tierra,
la vida nace por doquier
y el frenesí es color, vértigo, duda,
danza de la alegría sin escrúpulos,
alegría en plena libertad,
muerte de la muerte.

Miguel Oscar Menassa

miércoles, 18 de enero de 2012

lunes, 16 de enero de 2012

viernes, 13 de enero de 2012

Nota de prensa del Recital de Poesía de los Hermanos Menassa

Uno camina a veces por las calles de la ciudad y piensa en la guerra, en los cuerpos mutilados, mientras escucha el sonido ensordecedor de las bocinas y siente en sus mucosas el humo de las fábricas y los tubos de escape. Y la palabra crisis, como una honda arrojada con su piedra le golpea a uno la cabeza, una y otra vez, hasta hacerlo sangrar. Entonces, de repente, en el centro del corazón de la ciudad, se abren unas puertas y se traspasa el umbral que nos separa de la poesía y se entra en otro mundo. Allí, digamos por ejemplo un miércoles 11 de Enero del recién estrenado 2012 en la Fundación Progreso y Cultura, dos voces musicales se derraman en la noche madrileña, haciendo la luz en las tinieblas.

La primera voz, con matices irisados, fuerte voz masculina, de hercúlea potencia: Miguel Menassa, que es muchos poetas, es un poeta del pueblo, llano y veraz, como nos muestra en Espejo delirante, es un poeta social, léase la Ley de extranjería, es un poeta lírico, como demuestra desnudando a la poesía en Arte Poética, es un juglar de un amor inexistente, porque como él bien dice, hay almas que hasta que no se las invente, no se las conocerá, y Menassa inventó otra manera de amar, como se hace patente en su bellísima composición: A medida que me acerco a los 70 años. Un amor, que a pesar de burlar a la muerte enmudeciéndola con su belleza, sabe que algún día, morirá. Un amor que renuncia a la eternidad para desplegarse en toda su humanidad.

La Guerra, El Amor y la Poesía pasadas por la pluma, y no es que no haya muertos, ni sangre, ni crisis en este mundo poético, es que ya las palabras no quedan atoradas como un bolo indigerible en la garganta, y lo indecible se recubre de versos, y se hace el mundo transitable, la tristeza bella, el dolor soportable, y la alegría, que tantos estragos produce, cunde más que el pánico, y está permitido mirarse amablemente y sonreírle al compañero, porque estamos de fiesta, y al fin y al cabo, la poesía, permite también el amor. Eso, lo indecible, ha sido dicho sin saber, y una congoja que el caminante ciudadano sentía sobre el pecho se va aliviando, como si una mano caliente se hubiera aplicado sobre ese pecho dolorido.

La segunda voz, Norma Menassa, cuyo timbre es el canto de una mujer serena, sabia caminante por los caminos del poema, también se juega a mostrarnos que la historia de los pueblos, hay que ir a buscarla en los poetas, lean las Democracias me chiflan, y comprenderán al instante, como el poeta es el que deja las señas a los hombres futuros de que hubo otros seres como ellos, que amaron, que se mataron unos a los otros tontamente, por un pedazo de

pan o de petróleo, y que después, quitándose el fusil o abandonando el lecho, signaron con su nombre aquellos versos que hablaban de la guerra, del amor o de la poesía. Es imperdible el poema: La poesía no estorba.

Yo me pregunto ¿la energía que tienen los Menassa, ese Goce que demostraban leyendo, esa sonrisa derramada sobre cada poema, con la satisfacción que da brindar al otro el trabajo realizado (no es otra cosa la lectura de poemas). Esa energía la produce el psicoanálisis o la produce la poesía? Para mí no hay duda. Los poetas de 70 años que conozco fuera del círculo Grupo Cero, no gozan de semejante fortaleza, de un ímpetu que habiendo arribado y traspasado las costas de los 70, no declina. La máquina que genera el deseo, es el psicoanálisis. El psicoanálisis que está presente en toda la obra de estos hermanos poetas, que pudieron pensar un amor diferente, un mundo más acá de las guerras, una poesía, donde un sujeto grupal y su deseo son el corazón del poema.

Grupo Cero

martes, 10 de enero de 2012

Los secretos de un psicoanalista


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- El neurótico no puede gozar porque su libido no se halla unida a ningún objeto real.
El neurótico no puede trabajar porque se halla obligado a gastar toda su energía en mantener su libido ligada a fantasmas.
- Muchacha - le dije - si todo está destruido, cuando se comienza, la posibilidad es poética.

Miguel Oscar Menassa

jueves, 5 de enero de 2012

martes, 3 de enero de 2012

El hombre vuela, se hace nostalgia, vuela

No vengo yo a escribirlo si soy el Otro.
Vengo a vivir agazapado esperando el sonido.
La aparición brusca de una huella dejada de lado.
Vengo transparente, con el deseo de ser atravesado.

Me dejo estar, dejo que la sed avance hasta el delirio.
Cuando la boca seca, cuando el desierto, cuando mi padre,
cuando la triste muerte compañera deja de aullar,
tiendo, tranquilamente, mi mirada por todo lo imposible.

Y no es que comience el verso o intente escribirlo.
Hay algo que me pasa que no registro, un fuego sin luz,
un alboroto interior, un algo más que mis palabras.

Y así, sin escribirlos, escribo versos.
Hay de golpe, cosas, en mis manos, que no son yo.
Hay de golpe, cosas, en el mundo, que no son mi vida.

Miguel Oscar Menassa