lunes, 16 de febrero de 2009

Una carta para vos

Llegar hasta aquí fué como atravesar un largo laberinto, a los costados, casas, la variedad de casas de la infancia, de los juegos después del mediodía, de veredas transitadas tomadas del brazo mientras mirábamos de costado a los otros que tampoco se atrevían a mirarnos. Hubo paisajes ciudadanos que transformábamos en paisajes selváticos, por nuestra imaginación y por la fuerza que desplegábamos en nuestras relaciones. Hubo mentiras y traiciones, robos que nunca eran denunciados, celos y vergüenzas cuando las miradas se posaban en otras o cuando se posaban sobre nuestro cuerpo, incipiente fruto madurando.  Teníamos una sexualidad que orgullosamente sosteníamos como intocable, y todo se transformaba en una pantalla de colores para mirar y para entretenernos. Pero ahora, me lo tengo que decir, he llegado hasta aquí y quiero quedarme, habitaré esta nueva selva y ustedes serán mis compañeros de tierra donde iremos construyendo esa casa en la que vivir, ese lugar de nuestros encuentros, esa mesa y esa cama que girarán siempre en un torbellino de palabras, como ustedes mismos me enseñaron.
Estoy dispuesta a la sorpresa, a la sorpresa de tu ser, pequeño humano, mi futuro marido al que quiero decirle que no poseeré nada de lo que nunca poseí, porque siempre pensé que del otro sólo la palabra, nunca la vida; de mí, solo la imperfección de mi arte para que me descubras, para que me nombres.
Te amo. 
                                Enviado por Azul-Azul.

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