lunes, 23 de febrero de 2009

LEYENDO A ALBERTO SZPUNBERG

 
Última semana en Buenos Aires
 
                           I
 
Bajo el último rayo de luz
el humo es un trazo azul en el aire
y sobre nada se apoya la claridad,
nada salvo las hojas de paraíso
que crepitan bajo su transparencia.
 
                         II
 
Son celebraciones del otoño esos frágiles humos,
esa columnita que asciende desde las hojas de
paraíso amontonadas,
caminar sobre ellas ya no es recordar un bosque
nunca transitado ni abrazarte ni volver a
abrazarte en ese bosque,
ahora las hojas arden lentamente, pero la escoba
que las amontonó sólo descubre un pasto macilento:
cuando terminen de quemarse quedarán manchones
oscuros sobre la tierra, acaso tibios,
y un olor en la tarde que no es de lluvia ni de iglesia
ni de nada
pero que obliga a la mujer a quedarse un momento
sobre su escoba y mirar a lo lejos:
también ella se pregunta por qué, tambien nosotros
por qué
las voces de los chicos son los únicos pájaros que aún
quedan entre las ramas despobladas, quizá los últimos.

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