miércoles, 11 de febrero de 2009

Seguimos en el bar.

 
-Comencemos de nuevo.
-A mí un café.
-A mí un vino fresco. 
-Intuyo que nos encontrábamos por otras cuestiones que no querés pronunciar. ¿Tenés algo más que decirme?
-Sí voy a casarme.
-Y así me lo decís?, pero nó, nó, porqué te la llevás vos, porqué me la quitás, porqué vos sólo y no todos los que la amamos sobre ella en la noche, antes del desmayo total. Me imposibilitas frente a sus ojos y mis sueños. Porqué no te detenés y regresamos al pasado para que estemos todos juntos. ¿Porqué esta separación?.
-Te amo y te odio, todo es demasiado, demasiado cálido, demasiado soez, demasiado loco, tan demasiado que barre con mis límites y tu dolor me llena de bronca.
-Pero ella no puede dejar de estar en el viento de todas nuestras vidas, de todos nosotros. Entendés que no puede ser sólo tuya.
-Porque entendí que no puede ser toda mía es que hecho mano a este ritual, será por Iglesia.
-¿Y con Dios como testigo, insisto, qué te pasó por la cabeza. 
-Por la cabeza nada, absolutamente nada, es sólo porque estoy enamorado que es lo contrario a tener cabeza.
-Bueno, pidamos un vino. A tu salud.
-Mejor vení, te llevo hasta tu casa.
 
                                                      Enviado por Azul Azul
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario